30/5/15

Día 5. Trayecto desde Chicago hasta Richmonnd Transit Station - muy cerca de San Francisco - (parte I)

Después de ver Chicago, ciudad que nos pareció maravillosa, venía lo más duro y aburrido de todo nuestro viaje, el próximo tren que íbamos a coger, llamado California Zephyr, nos llevaba directamente muy cerca de San Francisco, y por este motivo, tardaríamos en llegar 2 días y 4 horas.

Cuando llegamos al tren por la noche, habíamos visitado tantas cosas y había sido un día tan intenso que nuestras piernas temblaban como si fueran a descomponerse en cualquier momento. El tren, aunque era incomodísimo y dormir en él era un desastre, en aquel momento nos pareció que entrábamos al paraíso, solo por el hecho de poder sentarnos en algún asiento más o menos cómodo y de poder apoyar la cabeza, nos era más que suficiente; ¡y agradecidos que estábamos!

Recuerdo cómo me senté en el asiento, mientras apoyaba mi cabeza en el hombro de mi madre, que me resultaba reconfortante. Mi padre no tardó ni 2 minutos en empezar a roncar con la boca totalmente abierta y las gafas medio caídas, y la verdad es que, ¡estaba de foto!

Mientras veía a mi madre cerrar sus ojillos y acurrucarse al lado de la ventana, yo, que tengo más dificultad para dormir (aunque estaba rendida) empecé a pensar y a recordar todo el trayecto que habíamos recorrido, todas las sensaciones e imágenes revoloteaban por mi cabeza fundiéndose entre ellas y convirtiéndose en recuerdos borrosos, pero agradables. Poco a poco, sin darme apenas cuenta, mis ojos empezaron a cerrarse y caí en un profundo sueño que jamás olvidaré, porque en este sentí como si todo mi viaje hubiese revivido por completo y en él aparecieron las cosas que más me gustaron y que con más ternura recuerdo.



Recuerdo la ilusión enorme en el avión con mi madre y las ganas de empezar esta maravillosa visita...


Mis despertares peculiares en el hotel con unas vistas maravillosas del puente Queens Boro.


Los desayunos fuertes de mi padre, preparado para emprender grandes visitas.


Edificios tan enormes, que no me salen las palabras... Nos sentíamos "pulguitas" en medio de aquellas construcciones abismales.


El día de San Patricio, donde la gente iba muy borracha, incluso como puede verse, la cabeza de caballo tan popular no podía faltar.

Times Square al atardecer. Un lugar muy especial, aunque un poco agobiante por las excesivas luces y la masiva cantidad de gente. Para mi, fue como entrar en otra galaxia.


No puede faltar un hombre vestido de sevillana; acompañado, por supuesto, de su perro vestido a su mismo estilo... Todo muy "normal", ¡ja,ja,ja!

¿Quién dijo que nuestra familia no era lo suficientemente moderna para los selfies del momento?

En fin... Fue divertidísimo, pero al mismo tiempo pasé una vergüenza extrema... Ir vestida de Estatua de la Libertad con un montón de gente mirándote en medio de Times Square, no resulta del todo agradable.

Me sentí toda una diva, cual estrella de Hollywood, sentada sobre las escaleras rojas de Times Square.

Me llamó tanto la atención encontrar una gran cantidad de ardillas revoloteando por Central Park... Mientras andabas, podías verlas casi a unos metros de tus pies. ¡Me encantan!

 Sin palabras... ¡¡¡El  ENORME EDIFICIO DE APPLE!!!

La impresionante Estación de Nueva York, la Gran Central Terminal, en la cual se han hecho un montón de películas. No podía parar de admirar su grandeza.

Durante el viaje a NY, me llamó mucho la atención la cantidad de banderas estadounidenses que pude encontrar. Estaban por todas partes, se nota que allí el patriotismo, es mucho mayor que en España.

Siempre soñé con tener en mi mano auténticos dólares americanos...

Las luces de la construcción de Chrysler resultaron preciosas mientras uno caminaba de noche por esas grandes calles.

 ¿El autobús de los Simpson? ¡¡¡Delante de mis propios ojos!!!

Impresionante el Puente de Brooklyn,no sé por qué, pero me sentía muy protegida dentro de él.

Me entristeció mucho ver las estampas y recuerdos de familias y personas que depositaron en esta réplica en miniatura de la estatua de la Libertad como conmemoración de la destrucción de las torres gemelas en Wall Street.

Edificio gigante en la zona de Wall Street. Me resultó impresionante, aunque tener que subir en ascensor todas esas plantas debe de ser espeluznante.

De compras con mi padre en Macy's. ¡Aquí puede verse nuestro aburrimiento mientras mi madre arramblaba con todo!

 Una foto de la Estatua de la Libertad hecha desde el muelle. Parecía tan pequeña...

Este recuerdo, ¡es mi favorito sin duda! Las vistas desde Brooklyn de los edificios de Manhattan, con sus luces, su grandeza, el frío que nos acompañaba... Valió la pena, sin duda.

¡Regalitos por aquí, regalitos por allá! Recuerdo las maletas llenas de ropa aprovechando la ocasión.

Sin duda, la mejor compañía del viaje: MI FAMILIA. Les adoro.


Ana Docavo.

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