30/5/15

Día 10 (parte I). Ya en el aeropuerto, preparados para nuestro trayecto de vuelta...

Ya llegó el momento... Ese en el que tiemblas por dentro con la melancolía de dejar en el recuerdo los días que has disfrutado en un país diferente al tuyo, en el que has visitado tantas y tantas cosas y has conocido otra cultura y costumbres diferentes a las tuyas...




En parte, nos alivia saber que el estrés de las grandes ciudades visitadas lo dejamos atrás, pero que la melancolía que nos empieza a recorrer por nuestros cuerpos la cambiaríamos por la sensación de nervios que tuvimos al inicio del viaje.

Ya estábamos ahí, en el Aeropuerto Internacional de San Francisco; bien cansados y cargados varias maletas de "tonelaje" diferenciado. Obviamente, la mía es la que más. Ya he tenido una pequeña discusión con mis padres a la hora de hacer el equipaje porque no me cerraba la maleta. Y es que, quise traerme tantas cosas de cada sitio visitado, que no podía prescindir de nada.

Eran las 11 de la mañana, y hasta dentro de 1h. no salía nuestro vuelo de vuelta, así que hicimos todo el papeleo y llevamos ya todas las maletas al mostrador.
Mientras tanto, hicimos tiempo viendo tiendas de souvenirs (y no, no me dejaron comprar nada más; ni siquiera con la excusa de "¡pero un recuerdo al menos!").
Más tarde, fuimos a una cafetería puesto que hacía ya 4 horas que habíamos desayunado en el hotel (exactamente, a las 6:50h.) y teníamos un poco de hambre.

Mi padre se tomó unas tostadas con mantequilla y un café solo, mi madre quiso copiarle y yo, indecisa, decidí finalmente tomar un batido de chocolate con un croissant...


Mónica Morell.

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